La Carta Magna : ¿Medio o fin en sí misma? 06/12/2019
LERELE Ciencias Sociales 41er aniversario de la Constitución española y hoy como aquel día seguimos ante el mismo paradigma. ¿La Constitución es válida para la realidad que vive el país? Pero a diferencia de aquel día y con 41 años de experiencia,existen numerosos estudios, una población más formada, tesis doctorales en derecho constitucional, sentencias y jurisprudencia realizadas en democracia gracias a esta Constitución, no vamos a negarlo, a pesar de sus limitaciones. La integración en el marco europeo y la crisis económica de 2008 demandaron respectivas reformas constitucionales en 1992 y 2011. Reformulando y diversificando la/s duda/s todavía de actualidad no solo por y para los que la critican sino por y para los que la defienen ; 1)¿La constitución fue buena en aquel 6 de diciembre de 1978 para facilitar una transición democrática en los años venideros pero se debe actualizar? 2)¿Sirvió para dejar todo "atado y bien atado" legalizando en contrapartida prerrogativas, libertades, partidos políticos que durante el régimen eran ilegales? 3)¿Por qué esa legalización se queda corta para algunos y produce miedo a los mismo que se aferran en defender la lex suprema? Tras los excesos de Constitucionalistas y anti-constitucionalistas 4) ¿Resulta especialmente frágil o debe fortalecerse su existencia para evitar desequilibrios? Ante este mar de dudas volvamos a la esencia: La Constitución expresa el deseo de la nación, permite articular el marco jurídico español, basta con leer el preámbulo para comprenderlo “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. Establecer una sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra. En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente:” Mi cuestión no se refiere al Título Preliminar, que es esencial aunque criticado ante la existencia de diferentes naciones, (otrora regiones) pero no de estados nación, si bien más o menos difusas (en la composición de su población y sus mayorías, de su territorio y ante la globalización, también de su cultura) pero identificables, motivo de riqueza cultural pero causa de un problema acuciante en lo que concierne a la nación política. Tampoco se refiere a si el sistema político o modelo de estado es el adecuado, ante el ya viejo debate entre monarquía o república, sino si la constitución debe ser un fin en sí misma o un medio, un instrumento de armonización de los principios del Estado, de su sistema político reconociendo los derechos y libertades individuales de los ciudadanos expresando la voluntad popular, si protege a todos por igual o si produce indefensión jurídica y si procura esas anheladas relaciones pacíficas. Mi humilde respuesta, puesto que se trata de un artículo de opinión, consiste en considerar a la Constitución como un medio y no como un fin en sí misma, renegando tanto del normativismo como del decisionismo (Véase Hans Kelsen y Carl Schmitt). La Constitución debe de ser un instrumento y un medio ordenado jurídicamente para garantizar los principios que la inspiran y desarrollar el sistema que articula y que la da razón de ser. Si no somos conscientes de que la Constitución es el medio de alcanzar los deseos y la voluntad citados en el preámbulo no sirve de nada memorizar el resto de la Carta o recitarla con los ojos cerrados a la realidad que la motiva. RMN
Comments