"Un boceto, unas notas en una servilleta que llegan a un cuaderno y en él se duermen…
más tarde toman forma, una estructura y un cuerpo que se toca, se ve, se lee...y entonces nace un poema"
La producción poética no es lineal, los poemas no se buscan sino que más bien se encuentran, a veces florecen prematuramente, otras tardan en germinar o se echan a perder y acaban en la papelera. En ocasiones te sorprenden sin papel ni lápiz, y entonces se quedan revoloteando en la cabeza o salen volando para siempre. Los poemas te pueden sorprender...incluso durmiendo, por eso es tan importante la memoria en todas sus modalidades, la que te permite recordar y la que te trae recuerdos del recuerdo que pueden incluso mejorar el recuerdo original.
En todo caso, yo no soy de los que van a todas partes con una libreta en la mano, tal vez sea por eso que no soy un poeta prolífico.
El título del poemario, por cierto, no es definitivo.
Levanto la cabeza y la memoria
Levanto la cabeza y la memoria
y veo en la hipótesis del futuro incierto
los trazos ya indelebles en el lienzo
del pasado imperfecto y la costumbre
de la acción repetida, cotidiana,
de caminos andados y deshechos
de surcos en el barro de las ruedas
del bagaje del tiempo acarreado.
El futuro está cargado de recuerdos
de condiciones preestablecidas y
automatismos incondicionales.
R.M.N. 05/2022
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